Cierro mis ojos

Cae la tarde y con los últimos rayos de sol aparece tu imagen en mi mente. Cierro mis ojos y puedo ver tu rostro, el que me enamoraba cada día. Aún puedo sentir el amor en mi interior, ese amor que aún siento por ti. 

Me dejo llevar por los recuerdos de nuestra historia y me desvanezco en un profundo sueño. Apareces tú en medio de mi descanso. Estás en frente de mí con esa mirada profunda y tierna que solía ser mi refugio. Esa mirada indescriptible que me hacía sentir viva. 

Me miras y en el silencio mudo de la noche tus ojos gritan ese amor que nace del alma. Tus infinitos ojos me embriagan, su destello me enceguece y su fuego me derrite. Parecen surcar el espacio para besar mis pupilas. 

Observo tus labios, razón de mi desvelo y tu sonrisa, ritual para mi delirio. Y me detengo en tus mejillas, que son nubes distantes en las que se ahoga mi mirada. Me quedo observando tu rostro, el mismo que me hacía soñar despierta cada día. 

Y hoy que ya no estás, tengo el consuelo de cerrar mis ojos y volver a verte. No quiero despertar de este sueño, porque se que junto a la llegada del nuevo día tu imagen sin remordimientos se desvanecerá.