La luz viaja

La luz viaja sobre un millón de veces más rápido que el sonido, razón por la cual algunas personas parecen brillar. Eso hasta que hablan. Porque cuando hablan te das cuenta de que la mitad de lo que dicen son frases hechas, aprendidas, tal cual un guión de película. Eso es muy triste y vacío, porque no hay nada más bello que la improvisación en la medida que vas sintiendo.

Conversando con mi grupo de amigas nos dimos cuenta de que lamentablemente la mayoría de nosotras se ha topado con personajes que hablan tan bonito que quedamos embobadas o enredadas en tanta palabrería. 

Llegamos a la conclusión de que el problema es de una, porque son nuestros ojos enceguecidos por el humo de un cigarrillo los que no son capaces de mirar claramente la realidad que aparece frente a nosotros. Nuestras opacadas retinas nos hacen ver algo que no es, pero que desesperadamente queremos que esté ahí, ya sea por miedo, por aburrimiento, por un corazón hambriento, por un estómago vacío, por obsesiones ¡quien sabe! cada una tiene sus motivos.

A veces la desesperación es tan grande que nos conformamos con cualquier cosa que nos tranquilice. Y el problema es que al cabo de un tiempo nos damos cuenta de que eso no es lo que realmente andamos buscando, porque nos seguimos sintiendo vacías, no nos sentimos plenas, las palabras ya no son suficientes y dejan de ser importantes. 

En mi caso fue ahí cuando decidí dejar de fumar. Fue cuando él apareció enfrente de mí y claramente pude ver que era lo que tanto tiempo estuve buscando: una imagen pura, sin distorsiones, un amor sano, honesto, que cada día me enseña que el amor no es y jamás, por ningún motivo, será sinónimo de sufrimiento.

Lady Blue