¡A vivir la vida!

Hoy se cumplen cuatro meses de encierro a causa de la pandemia. Últimamente he estado reflexionando principalmente acerca de lo que es y no es fundamental en mi vida. Es inevitable no pensar en tantas cosas en las que gasté mi energía ¡y no valían la pena!

Ahora pienso en disfrutar de esta vida tal y como venga, tomar cada oportunidad que se presente para seguir creciendo, aprendiendo, creando, saboreando cada mañana sin temor a lo que pueda suceder porque hay un Dios que no suelta mi mano.  ¡Me niego a vivir con miedo!

Hoy siento que mi casa no es una cárcel, sino un refugio donde mi familia y yo permanecemos seguros. Donde hemos creado un espacio entre todos para disfrutar cada día, para compartir, para sentirnos felices y agradecidos y mantener el ánimo arriba a pesar de todo. 

Me niego a que mi vida pase sin haberla vivido a concho. Porque esa vida que veo pasar es mi vida, es mi valioso tiempo y por eso voy a disfrutar de mi existencia, intentando no agobiarme con preocupaciones, sino que ocupándome de lo que sí puedo manejar y valorando cada instante de felicidad como un regalo inmenso.