De quien menos imaginas... te enamoras

A quién no le ha pasado, enamorarse de la persona de quien menos imaginó. Caminas por la calle y de pronto te cruzas con alguien que llamó tu atención, quizás te sonrió, te preguntó la hora o simplemente las miradas se cruzaron. Quizás conoces a alguien que solo te habló por cinco minutos y provocó algo especial dentro de ti y ahí empieza todo. Sientes deseos de conocerla más, sientes que algo dentro de tu estómago está provocando cosquillas que se sienten bien. Acuerdan la primera cita. Tienes miedo, estás expectante, sientes nervios y un cúmulo de inseguridades, pero una llama de esperanza se ha vuelto a encender. Una agradable conversación, una copa de vino, música suave a la luz de las velas y más tarde el toque de los labios y el disparo directo al corazón. Es el mismo Cupido dando saltos en el colchón de nuestro corazón ¡y haciéndolo bombear como nunca!

Es todo muy extraño, o conectas desde el principio o la historia queda hasta allí. Si hubo conexión es porque sentiste que a ese ser que estás recién conociendo lo conoces desde hace mucho tiempo. Y desde ese preciso momento comienzas a proyectar tu vida al lado de alguien que has visto por primera vez. 

Y así es, pueden llegar a cruzarse vidas muy diferentes y nadie entiende nada, menos tú mismo. Pero luego piensas que por alguna razón el destino así lo quiso. Se habla de química, amor a primera vista, no sé, el tema es que desde ese instante sabes que aquella persona que ha aparecido en tu vida llegará a ser algo importante.

La idea es saber combinar bien. Ser honestos, comprensivos, pacientes, empáticos y sobre todo, tratar de aceptar los defectos potenciando las virtudes. No es fácil, porque todos nos equivocamos alguna vez. Habrán momentos difíciles, de desamor, días vacíos donde aparecerán preguntas sin respuestas, miedos y dudas. No existe ninguna clase de consejo o fórmula que aseguren el amor perfecto y eterno, depende de cada uno que las piezas se ajusten de la mejor manera y hacer que todo funcione.

En el amor suele haber contradicción. Si te enamoras de quien menos lo imaginaste no es la excepción y el único perjudicado parece ser el tiempo, el que se nos olvida al volver a besar otros labios, esperanzados dejando de par en par abierto el corazón.